Argentina Frente a la Crisis Climática: Desafíos y Oportunidades
El 2025 comenzó en Argentina con eventos climáticos extremos que ilustran la crisis que enfrentamos: incendios en la Patagonia, Corrientes y Córdoba, así como inundaciones en Bahía Blanca. Estos fenómenos no son aislados, sino parte de un patrón global alarmante. Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus, el 2024 fue el año más cálido registrado, caracterizado por olas de calor, sequías e inundaciones. La conexión con la crisis climática es innegable; el 90% de los argentinos creen que el estado de la naturaleza impacta en su salud, y el cambio climático figura entre sus principales preocupaciones ambientales, junto con los incendios, la deforestación y el manejo de residuos.

Compromisos Internacionales y Desafíos de Financiamiento
Frente a este panorama, Argentina es parte de diversos acuerdos internacionales para abordar la crisis climática y de biodiversidad. Además del Acuerdo de París, que se enmarca en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), nuestro país también es parte de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB). En 2022, los estados adheridos a esta última firmaron el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, un acuerdo que busca detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030. Ambos acuerdos son complementarios, ya que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es imposible sin considerar la protección de la naturaleza y las personas.
A pesar de estos compromisos, el acceso a financiamiento internacional sigue siendo un desafío. En la Conferencia de las Partes (COP29) de clima, se acordó que los países desarrollados canalizarán al menos 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035 para apoyar la reducción de emisiones en países en desarrollo. Sin embargo, estos montos son insuficientes frente a la magnitud del problema. Según el Comité Permanente de Finanzas de la CMNUCC, las necesidades financieras de los países en desarrollo ascienden a entre 5 y 6.8 billones de dólares para 2030.
Acciones y Oportunidades Locales
En el ámbito de la biodiversidad, el Marco Global de Biodiversidad establece la meta de recaudar 20.000 millones de dólares para 2025 y movilizar 200.000 millones anuales para 2030. Asimismo, se creó el Fondo de Cali, que busca canalizar financiamiento proveniente de empresas que utilizan información genética digitalizada, asegurando que al menos el 50% de los recursos apoyen acciones locales de conservación, especialmente a pueblos indígenas y comunidades locales.
A pesar de las dificultades, surge la pregunta: ¿están estos acuerdos respaldados por mecanismos de financiamiento adecuados para abordar pérdidas y daños por eventos climáticos? El Banco Mundial ha creado un fondo específico en la COP28, que ya cuenta con compromisos de diferentes naciones, aunque aún restan por definir los criterios de acceso al financiamiento. Se espera que los países incorporen evaluaciones detalladas de pérdidas y daños en sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) para acceder a estos recursos.
Compromisos de Argentina y Futuro de la Acción Climática
A pesar de su histórica participación activa en negociaciones internacionales y contar con un marco legal para la acción climática (Ley 27.520), las decisiones recientes del gobierno nacional generan incertidumbre. El retiro de la delegación argentina de la COP29 contradice los compromisos asumidos y puede afectar la imagen internacional del país, así como su acceso a mercados con estándares ambientales más exigentes. Esta decisión debilita la capacidad de Argentina para negociar financiamiento y articular políticas de mitigación y adaptación.
A pesar de estos retrocesos, hay actores que siguen apostando por la acción climática. Un ejemplo es la Alianza para la Acción Climática Argentina (AACA), una red de gobiernos locales, empresas y sociedad civil que busca avanzar en la agenda climática desde lo subnacional. Esto demuestra que, incluso en contextos adversos, aún hay margen para el liderazgo y la transformación.
La crisis climática no espera, y Argentina debe demostrar que está preparada para proteger a su gente y su territorio de sus crecientes impactos. La prevención y la acción temprana son clave para evitar daños irreversibles.
Especialista en Políticas Públicas y Gobernanza en Fundación Vida Silvestre Argentina